sábado, 16 de junio de 2012

De diablos y beatos: aquelarre en Breslavia




Del oriente polaco se levanta el humo tóxico de la afrenta. Breslavia volvió a arder y no fueron los mongoles. El primer anfitrión queda fuera de su Eurocopa. Las marionetas checas cortaron los hilos: su floritura logró eclipsar a la polonesa.  

La cara papal de la moneda
Petr Cech escuchaba los silbidos insistentes de la pólvora polaca. Ahí empezó el vals. Dos pelotones de fuelle eslavo carburaban sus embates en línea horizontal. De sur a norte, el Stadion Miejski era testigo de los aleteos agónicos que las Águilas Blancas hacían por permanecer en el torneo. En la tribuna, los rezos al obispo de Cracovia salían flotando. Pero ese beato oriundo de Wadowice, que cuelga con bandera vaticana en calendarios de casas de abuelitas alrededor del mundo, quizá tenía otras plegarias qué solventar.

Los relámpagos en la noche de Breslavia enmarcaban el fin del primer tiempo con noticias directas desde la capital. Un gol griego en Varsovia calentaba la jornada electoral del domingo. Del euro al dracma. Vis-à-vis. La resaca en Atenas garabateará el sufragio.

Herejía
A través de la lente de Polanski, a bordo de la cuna de El bebé de Rosemary viajaba el hijo de Satanás, pero en la humanidad de un tal Petr Jirácek. El mediocampista del VfL Wolfsburg enfilaba alto. Como licántropo, depredó el área chica polaca, recortó y hundió el canino para el gol checo. La nigromancia bohemia esparció cenizas negras en el campo de Breslavia, ahí donde alguna vez se trazó la ruta de jesuitas, capuchinos y franciscanos. Fin del versículo.

Finale
República Checa se filtra en esta Euro 2012. En Kiev tiene su Belgrado del 76 y su Londres del 96. Por lo pronto, avanza a la capital polaca para los cuartos de final. En ese mismo sitio todavía retumba, sobrecogedor, el “Nocturno en Do sostenido menor” de Chopin, que lagrimea tras las sombras del pianista del gueto de Varsovia.

“El pico y la pala. El hielo en los dedos…
te estás jugando las manos.
el mundo se muere y tú sigues vivo,
porque recuerdas tu piano”.
Jorge Drexler, “El pianista del gueto de Varsovia”


No hay comentarios:

Publicar un comentario