La atroz agalychnis callidryas -o ‘rana verde
de ojos rojos’, para los amigos- observa, pasmada, el panorama. Encaramada en
su árbol de la húmeda espesura centroamericana, con vista roja y desorbitada
trata de asimilar el golpe. Vaya lío en que se metió la “Sele” de Costa Rica. A
unos 2,500 kilómetros hacia el norte, el epílogo en el Azteca ya está escrito. Tras
un partido francamente simplón, la cuadrilla de El Chepo rubricó su entrada al
Hexagonal Final de CONCACAF con doce puntos de doce posibles.
Crónica
eruptiva
Durante casi todo el primer capítulo, el monstruo
de Tlalpan dormitó. El colectivo de verde nomás no templaba los cables y
merodeaba errante en sus recorridos. Incluso el ansia costarricense propinó un
par de sobresaltos. Mientras, allá en el Providence Stadium de Guyana, un tal
Rafa Burgos sacaba un zurdazo agónico que le daba tres puntos a El Salvador. Se
ponía peor la suerte de los Ticos.
Por fin, México dio visos de reacción en la
segunda parte. Jesús Zavala estuvo a una punzada de quebrar el cero a cero,
pero un reflejo eléctrico de Keylor Navas salvó el portal centroamericano. El
muchachón del Levante valenciano quería avisar que no era tan fácil. Pero no.
Torres Nilo enfiló alto y le prendió mecha al cuete. El Chicharito fue puntual
y, con la mollera de frente, rompió la guardia de Costa Rica. Con eso bastó.
Los volcanes del Valle Central de San José prorrumpieron un resoplido fúrico.
De Alajuela a Puntarenas, la tierra se calentó.
La rana
agazapada
Con un solo embate, México sofocó al Tico. Los
doce puntos colocan a las huestes de El Chepo en la antesala rumbo a 2014 y su
proceso con selección derrocha la “Pura Vida” que se echa de menos en las
topografías costarricenses, donde la cabeza del técnico Jorge Luis Pinto está
en peligro. Detrás de él, la ‘rana verde de los ojos rojos’ está agazapada, con
todo y ponzoña. Con Hexagonal garantizado y la amenaza Tica apaciguada, toca
experimentar en los dos partidos que restan: una visita a Guyana… y recibir,
como se merece, a El Salvador en el Azteca. Eso de las serenatas de hotel acá
no aplica.
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